Agencia y poder en familias transnacionales : la karishina como orden moral en la reproducción y transformación de relaciones de género

Desde finales de los años noventa, la feminización de los flujos migratorios latinoamericanos hacia Europa ha llevado a numerosos/as investigadores/as a abordar el estudio de las familias transnacionales , la crisis global de los cuidados y la maternidad transnacional (véase, entre otros, Baldassar & Merla, 2014; Gregorio Gil, 1998, 2002; Gonzálvez, 2010; Herrera, 2012; Oso, 2000; Pedone, 2008; Solé y Parella, 2003). Hoy en día, son numerosas las personas que han analizado la migración femenina y la reestructuración/negociación de roles de género en la migración a España (ver por ejemplo: Erel, 2012; Gonzálvez, 2014; Parreñas, 2008; Pedone, 2008) y las que usaron la perspectiva intergeneracional la emplearon principalmente para analizar cuestiones de maternidad a distancia. Sin embargo, en las dos últimas décadas la migración familiar ha sido la principal vía de ingreso a países europeos como España, fruto de un cambio en las estrategias familiares influido por las políticas migratorias, y la reunificación familiar (migración del cónyuge, de los/as hijos/as o de los padres/madres) provocó un reajuste al interior de las familias migrantes (Pedone & Gil Araujo, 2008), reajuste del cual las relaciones intergeneracionales han sido poco estudiadas y que propongo abordar aquí en las relaciones entre madres e hijas migrantes. Así, abordaré aquí la migración femenina, el control de la sexualidad y la división sexual del trabajo analizando las relaciones entre madres e hijas de familias transnacionales provenientes de una Comuna indígena de Quito y que tienen miembros establecidos en Madrid.